El pasado viernes 6 de junio la Nueva Condomina acogió el concierto de Operación Triunfo. El programa de televisión ha supuesto el fenómeno del año con su regreso dieciséis años después de que se emitiera la primera edición en Televisión Española y de la que salieron cantantes como David Bisbal, Chenoa y David Bustamante.
Por si alguno aún no sabe de lo que hablo explicaré el formato. Operación Triunfo es un programa en que, de entre miles de aspirantes que se presentan a los castings, son seleccionados finalmente dieciséis. Los dieciséis concursantes entran en la academia, donde reciben clases y trabajan las canciones para cada gala y donde vivirán hasta que sean expulsados por la audiencia tras ser nominados o hasta que acabe el programa si consiguen quedar como finalistas. Por todos es sabido que ha habido expulsiones que han supuesto un verdadero drama, véase la expulsión de Cepeda, cuando el gallego tuvo que marcharse tras cinco nominaciones media España se echó a llorar.
Una vez explicado vamos a pasar a hablar de magia, no la canción candidata de Miriam y Agoney para ir a Eurovisión, la magia que se crea cuando quien está encima del escenario pone el corazón en lo que está haciendo. Y es que no podría describirse de otra manera lo que se vivió el pasado viernes por la noche, está claro que los dieciséis supieron hacer que las horas de cola al sol y pasando calor para poder entrar merecieran la pena.
Abrieron el concierto con I’m still standing para que luego Ricky hiciera vibrar al público con Let me entertain you, de Robbie Williams, dejando más que claro que es todo un showman. Juan Antonio sorprendió a más de uno con su directo en Corre y en A puro dolor, cantando la primera canción con la malagueña Mireya y la segunda en solitario. La malagueña aparte de cantar Corre con el bilbaíno y Madre tierra con Ricky, interpretó también su single Corazón vendío, lanzado el pasado 22 de junio y que puso a bailar a todo el público.
También fue puro espectáculo Mimi con Don’t you worry ‘bout a thing junto a Ana Guerra, y con A-YO de Lady Gaga. Como no, si hablamos de espectáculo no podemos olvidar su aparición en la grupal A quién le importa con Ricky. Creo que sobra decir más para que todos puedan hacerse una idea.
Sorprendió también Thalía, la joven extremeña hizo suyo el escenario con su interpretación de Cenizas, la conocida canción de Malú a la que le dio mucha fuerza y demostró que le tiene cogida la medida. La vimos también en Euphoria con Miriam, y es que la leona, como la llaman sus fans, fue una de las que más veces apareció ante el público.
La gallega interpretó, a parte de Euphoria, What about us de Pink, Invisible de Malú (canción que eligió para la final del programa y que le valió un tercer puesto) y Hay algo en mí, su single estrenado hace unos meses y con el que ha triunfado. Con sus actuaciones demostró que claramente ha nacido para estar en el escenario, se lo comió de principio a fin en cada uno de los temas.
Nerea estuvo impecable en Quédate conmigo, una interpretación digna de la mismísima Pastora Soler. Tampoco defraudó con Symphony, el conocido tema de Clean Bandit que interpretó junto al canario Agoney. El canario apareció otras dos veces en el escenario, con Eloise (actuación de diez) y con Manos vacías junto a Raoul. Éste hizo una interpretación de Million Reasons que puso los pelos de punta a más de uno.
Aunque, si queremos hablar de magia, podemos decir que el viernes se le puso nombre y apellidos. Amaia Romero aparecía por primera vez en la noche en solitario acompañada del piano para interpretar Miedo. La navarra tiene tanto talento, es tan alucinante lo que hace, su voz, que el público cantaba en un tono muy bajo para poder escucharla bien y no perderse ni un detalle del espectáculo que daba. Como no, no podían faltar City of stars y Tu canción. Ambas, como es normal, las interpretó con Alfred y juntos mostraron una vez más la química y la fuerza que tienen juntos.
Alfred, por su parte, iluminó una vez más el estadio con Que nos sigan las luces y durante un pequeño discurso previo que dedicó al público antes de interpretarla celebró la bajada del I.V.A. en el cine y pidió ver todas las luces bien arriba por la cultura. El catalán pudo demostrar una vez más con su actuación impecable que las luces le siguen allá donde vaya. También apareció junto a Marina en Don’t dream it’s over y es que la sevillana nos dejó con la boca abierta con The voice within. Si cuando la interpretó en la quinta gala ya nos impresionó, el otro día quedó claro que eso no era nada para lo que podía venir y es que se nota que estos meses le han servido para poder pulir la canción y hacerla aún mejor.
Por su parte, Roi hizo disfrutar a todo el público, primero con Amaia cuando cantaron Shape of you de Ed Sheeran, tema que el gallego arregló en la academia para interpretarlo en la quinta gala. Después volvió a aparecer con Por una vez más, su primer single estrenado hace apenas tres semanas y que, evidentemente, el público coreó de principio a fin.
Luis Cepeda también apareció dos veces, salvando las apariciones en las canciones grupales, en el concierto. Fue una de las primeras veces que cantó Esta vez, su primer single. Además, protagonizó uno de los momentos más románticos de la noche cuando apareció con Aitana para cantar No puedo vivir sin ti y desatar a todo el público.
Aitana ¿qué podemos decir de ella? Simplemente increíble. A experiencia personal diré que antes del concierto había leído en redes sociales que era una artista que decepcionaba en el directo y eso me hacía ir predispuesta con algo de miedo. Sin embargo, estuvo sublime en todas y cada una de sus apariciones. Puso los pelos de punta a todo el público con Chandelier, el conocidísimo tema de Sia, y también hizo bailar con Lo malo, tema que interpreta con la canaria Ana Guerra y que ya es todo un hit.
La canaria tampoco se quedó atrás, como era de esperar, interpretó La bikina para disfrute del público y dejó claro, en esa y en todas sus apariciones que está hecha para eso. Se adueñó del escenario como solo saber hacerlo ella, transmitiendo al público toda la fuerza y el sentimiento que pone en cada verso. Dejó clara una cosa, es lo suyo y ella lo sabe. También sorprendió cantando a capella un cachito de su single Ni la hora, el cual estrenó ese mismo día, aunque eso no supuso ningún problema para sus fans que dejaron claro que ya se la habían aprendido desde el primer minuto.
Antes de las dos últimas canciones, Miriam salió al escenario, pero no a cantar, sino a agradecer en nombre de los dieciséis todo el apoyo tanto en el periodo dentro de la academia como fuera de ella. Acto seguido aparecían los dieciséis para cantar Camina, el himno de esta edición, una canción que compusieron entre todos junto a Manu Guix. Está claro que pusieron todo su sentimiento para componerla y lo siguen haciendo para interpretarla. Finalmente se despidieron interpretando La revolución sexual, poniendo a bailar a todo el público y dejando un sabor de boca más que dulce.
En definitiva, fueron dos horas y media en las que el público disfruto de principio a fin y en las que se les dio mucho cariño a todos, el público coreaba el nombre de los dieciséis en todas las apariciones. Daba igual quien se hubiera ido antes o después de la academia porque está claro que todos y cada uno de ellos han dejado su huella en la audiencia.
Por último, me gustaría reconocer el acierto de la organización al elegir la Nueva Condomina para acoger el concierto, el estadio es sin duda una buenísima opción para conciertos grandes en los que se espere gran aforo. Además, si se usara más para estas cosas la ciudad se ahorraría las aglomeraciones que se hacen en el centro para algunos conciertos.
Texto Inés Sánchez-Manjavacas Castaño.
Fotos Sergio Mercader.