Este mes se celebra en todo el mundo el centenario del acontecimiento más importante de la historia de la egiptología: el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon.

El joven rey era descendiente de Akhenaton, considerado como el faraón hereje por convertir la religión politeísta egipcia en el monoteísmo, adorando a un único dios denominado Aton.

 

Tutankhamon, que ascendió al trono con tan solo 9 años, se vio en la tesitura de tener que restaurar la religión y el orden del reino que había heredado. Su reinado duraría poco debido a la muerte prematura de este, supuestamente causada por un accidente o por problemas de salud. La KV62, como se le conoce a la tumba real del faraón niño en el Valle de los Reyes (Egipto), fue descubierta casi por casualidad el 4 de noviembre de 1922 por el arqueólogo inglés, Howard Carter.

Junto con Lord Carnarvon, el mecenas de la excavación, Carter y su equipo encontraron el maravilloso enterramiento gracias a Husein Abdel Rasul, un niño de tan solo 10 años que ayudaba en el yacimiento, quien vislumbró uno de los escalones que daban acceso a la tumba del faraón mientras se acercaba a llevarles agua a los trabajadores. La tumba fue protegida hasta la llegada de un miembro oficial del Departamento de Antigüedades Egipcias, que inspeccionaría el lugar de manera oficial al día siguiente.

En el interior de la sepultura se encontraban cofres, estatuas, mobiliario, e incluso carruajes desmontados, todo perteneciente al joven faraón. Debido al buen estado de conservación en el que se encontraba la tumba y todos los objetos de su interior, la KV62 fue considerada como la mejor preservada del Valle de los Reyes, alcanzando así la fama mundial.

En el interior de su enterramiento se encontraron cera de 5.400 objetos, entre los que se incluía la famosa máscara que todos conocemos. Esta máscara, de cerca de 11 kg de peso, está realizada en oro, obsidiana, cuarzo, cornalina, turquesa, vidrio y lapislázuli, y se encuentra actualmente en el Museo Egipcio de El Cairo junto con otras pertenencias del faraón. El valor incalculable del ajuar funerario de Tutankhamon ha sido uno de los principales motivos por los que ha alcanzado la fama mundial, a pesar de haber sido uno de los reinados más cortos de la historia egipcia.



Fátima Agra

Egiptóloga