En los cuatro días que duraron los Warm Up Days hubo puntos concretos que elevaron la temperatura del recinto. Fueron muchos pero vamos a nombrar unos pocos por no eternizarnos.
El viernes era el día más rockero de los programados, la presencia de Los Zigarros era la gran prueba de fuego para un concierto en el que todo era novedoso, y llegó el momento que todos esperábamos, sonaron los acordes, Ovidi entonó las estrofas y cantó:
Es hablar, hablar, hablar
para no decir nada.
Bailar, bailar, bailar,
hasta el amanecer.
Beber, beber, beber,
hasta no quedar nada
y volver a empezar otra vez
dónde ayer lo dejé.
Y vaya si bailamos, bailamos como si no hubiera mañana.
En un cartel plagado de lo mejor del indie nacional se puede afirmar que Leiva -por su escasa presencia en los últimos tiempos sobre los escenarios- era el plato fuerte del festival. Bastaron los primeros segundos de Terriblemente Cruel para darnos cuenta que esa noche iba a ser inolvidable.
Voy a ser terriblemente fiel
Cuando se te pase la emoción
Ya sé, te puede parecer complicado
Sabes que yo puedo ser terriblemente cruel
Cuando se te pase la emoción
Ya sé, te puede parecer demasiado complicado
La cuota internacional del cartel llegó de la mano de Mando Diao, los suecos tenían una cuenta pendiente desde aquel concierto en el BUM donde dejó un regusto amargo tras una noche repleta de problemas técnicos que abocó al público a esperar más de una hora tras la banda anterior. Llegó con ganas, no fue un concierto inolvidable no obstante dejó destellos de lo que de ellos se esperaba con el explosivo final al son de Dance With Somebody con la banda desatada y el público enfervorecido.
Viva Suecia jugaba en casa, no pueden evitar salir a dominar el partido desde el primer minuto al último. Es increíble la capacidad de estos chicos para lograr hacer hits sin parar, enlazan uno tras otro como si de una banda con décadas de historia habláramos pero lo han logrado en poco más de cinco años. Su recital fue un subidón continuo con varios clímax no obstante La Voz del Presidente corroboró que el grupo mantiene el pulso compositivo junto a la comunión con el público.
Trashi fue la gran sorpresa del cartel al ser elegidos para abrir la jornada del domingo y nos regalaron un par de momentos para recordar como la colaboración por sorpresa de Natalia Lacunza en el tema Quiero dormir contigo.
Rufus T. Firefly es un grupo de culto si como tal entendemos a una formación que no tiene el reconocimiento merecido por el público -no obstante sí el de la crítica- que junto a unos fieles seguidores. No son poco conocidos o con un número reducido de seguidores mas ni cerca de lo que se merecen. En un espectacular concierto, compuesto en su mayoría por los temas de un disco que aún no había salido a la luz, el final con Río Wolf fue el estallido deseado por todos los asistentes que disfrutamos una vez mas de los de Víctor y Julia.
Vetusta Morla fueron los encargados de cerrar el festival, y lo hicieron demostrando que dentro de la música indie no hay banda que les tosa. Los días raros fueron el “inicio” y final de su paso por Murcia, no obstante yo me quedo con la entrega del público surgida en Cuarteles de Invierno.